5 consejos para recargar tu energía

¿También te pasa a ti? Te cuesta recargar tu energía: alternas periodos de ejercicio intenso que te cansa hasta el agotamiento o te sumerges totalmente en tu smartphone y de esta forma tienes la impresión de desconectar por un tiempo que puede oscilar de los 10 minutos a las 2 horas (!). De todos modos, a menudo terminas más cansado de lo que comenzaste.

Septiembre es una época de nuevos comienzos: tal vez sea el momento adecuado para empezar a crear nuevos rituales y hábitos, para encontrar una manera de reconectar con tu cuerpo y finalmente recargar tu energía.

Aprovecha tu práctica para redescubrir el placer de moverte, con libertad y autoironía. No te tomes demasiado en serio.
¿Cómo hacerlo? Aquí tienes 5 ideas para recargar tu energía:
  1. Busca una serie de ejercicios adecuados a tu condición y conformación. Construye una rutina lo más constante posible que vuelva a dar fuerza y tono muscular a tu cuerpo a través de movimientos adaptados a tu fuerza y estiramientos que recargan el cuerpo más que cansarlo y agotarlo.

  2. No luches contra tu cuerpo y sobre todo deja de juzgarlo continuamente, sino alíate con tus límites, acéptalos y muévete por el simple placer de moverte, sin competir. Verás cómo poco a poco te encontrarás más a gusto contigo mismo.

  3. Empieza a encontrar lugar en común entre lo que quieres ser (tu ideal), lo que sientes que deberías ser (para los demás / la sociedad), lo que eres (tu condición actual) y lo que puedes ser (tu potencial). Busca una nueva alineación tanto en tu cuerpo como en tu mente.

  4. De importancia al proceso más que al resultado final. Disfruta de cada momento mientras vuelves a hacer amigos con tus músculos y articulaciones. Verás que de esta manera tus gestos tendrán una nueva energía, ¡y se notará desde adentro y desde afuera!

  5. Incluso si no tienes ganas o si a veces estás cansado, continua con tu práctica constante: el movimiento es una forma muy poderosa de modificar también tus pensamientos. Notarás mucha ligereza y ganas de hacer, incluso fuera del aula.

Y una última sugerencia: aprovecha tu práctica para redescubrir el placer de moverte, con libertad y autoironía. No te tomes demasiado en serio. Hay un difrute totalmente diferente en explorar tu movimiento, como quizás lo hiciste cuando eras niño.

Utiliza esta nueva forma de sentir tu movimiento para activar una nueva forma de conciencia que sea más receptiva hacia tus estados internos. ¿Y si este fuera el momento adecuado para volver y escucharte?

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