Por qué la danza debería ser tan importante como las matemáticas en las escuelas
Cuando pensamos en asignaturas esenciales para el desarrollo de los niños en las escuelas, rápidamente surgen en nuestra mente matemáticas, ciencias o idiomas. Sin embargo, ¿cuántas veces consideramos la danza como una herramienta educativa tan relevante como estas disciplinas? Lejos de ser solo una actividad recreativa, la danza tiene un impacto profundo en el bienestar físico, emocional y social de los estudiantes. Aquí exploraremos por qué debería ocupar un lugar central en el currículo escolar.
La danza como vehículo de aprendizaje integral
La danza no es solo movimiento; es una forma de expresar emociones, ideas y relaciones a través del cuerpo. A lo largo de la historia, ha sido un elemento central en todas las culturas, evolucionando para abarcar géneros, estilos y propósitos diversos, desde lo recreativo hasta lo sagrado. Incorporar la danza en las escuelas ayuda a los estudiantes a desarrollar habilidades de comunicación no verbal, empatía y creatividad, habilidades que son igual de cruciales que resolver ecuaciones matemáticas.
Además, la danza promueve la inteligencia emocional y la conexión social. En programas como Dancing Classrooms en Estados Unidos, se ha demostrado que los estudiantes que participan en actividades de danza mejoran su capacidad de colaboración y respeto mutuo. En un estudio, el 95 % de los profesores reportaron que sus alumnos mostraron mayores habilidades de cooperación después de participar en este tipo de programas. ¿No es acaso esta habilidad esencial para formar ciudadanos integrales?
Beneficios físicos y cognitivos de la danza respaldados por la ciencia
Los beneficios de la danza van más allá del plano emocional y social. Estudios han confirmado que la actividad física regular, incluida la danza, mejora la memoria, la concentración y el comportamiento en el aula. Por ejemplo, una revisión de más de 850 estudios concluyó que 30 a 45 minutos de actividad física moderada o intensa al menos tres días a la semana tienen un impacto positivo en el rendimiento académico, la autoestima y la reducción de la ansiedad. De hecho, en escuelas que integraron programas de danza, se observaron mejoras significativas en las calificaciones de lectura y matemáticas, como en el caso de la escuela Emanuel Benjamin Oliver en las Islas Vírgenes, donde las puntuaciones en lectura aumentaron hasta un 85 % tras la implementación de un programa de danza.
El reto de la equidad en la educación artística
A pesar de estos beneficios, la danza sigue siendo relegada en muchos sistemas educativos, considerada como una “asignatura de segunda clase” en comparación con otras disciplinas artísticas como la música o las artes visuales. Este problema es especialmente grave en comunidades desfavorecidas, donde los programas de artes suelen ser los primeros en desaparecer debido a la falta de recursos.
Sin embargo, no enseñamos matemáticas solo para formar matemáticos, ni enseñamos escritura solo para crear novelistas. Enseñamos estas disciplinas para formar ciudadanos completos, con habilidades que puedan aplicar en cualquier ámbito de sus vidas. Lo mismo ocurre con la danza. Más que una herramienta para formar bailarines, la danza es una herramienta para desarrollar confianza, creatividad y un sentido de comunidad.
Hacia un modelo educativo más equilibrado
Incluir la danza como una asignatura “core” en las escuelas no es un lujo, es una necesidad. Al igual que las matemáticas nos enseñan a resolver problemas lógicos, la danza nos enseña a comprendernos a nosotros mismos y a relacionarnos con los demás. Es una disciplina que combina cuerpo, mente y emociones, contribuyendo al desarrollo integral de los estudiantes.
Es hora de replantear nuestras prioridades educativas y de dar a la danza el lugar que merece. No solo porque sea un vehículo para la expresión creativa, sino porque es una herramienta poderosa para fomentar una sociedad más equilibrada, empática y conectada.
Te comparto este vídeo de TED de Sir Ken Robinson, la fuente de este artículo: espero que te sea de inspiración tal como lo ha sido para mí.
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